
El ballet es una disciplina que modela todo el cuerpo. La principal diferencia con otras actividades deportivas es que, además de los beneficios púramente físicos, también ayuda a desarrollar aptitudes mentales tales como la memoria corporal, la coordinación o la conciencia espacial. Tanto es así, que recientes estudios demuestran cómo la práctica regular de ballet retrasa y mejora enfermedades mentales tan devastadoras como el Alzheimer.